El
pasado 15 de mayo, día madrileño por antonomasia, periódicos como El País o El
Mundo recogían la noticia de la demolición de una pirámide maya para que una
empresa constructora pudiera disponer piedra como relleno de caminos.
Se trata
de una pirámide que fue construida por los mayas hace más de 2.300 años, dentro
del complejo Noh Mul, y que ha sido destruida en unos pocos días por una
eficiente retroexcavadora.
Como es
lógico, la destrucción de la pirámide ha causado la indignación de los
arqueólogos y especialistas. Al parecer, todo el complejo se encuentra en
terrenos privados, pero la legislación de Belice establece que las ruinas se
encuentran bajo la protección del Gobierno. Da igual, la búsqueda del dinero
fácil ha aconsejado a la empresa constructora utilizar la pirámide como
“cantera” para obtener piedra con la que rellenar los caminos que estaba
construyendo, y ahí fue la retro, llevándose por delante veintitrés siglos de
historia. ¡Todo sea por el dólar (o el euro)!
Según la
noticia, el director del Instituto de Arqueología de Belice, Jaime Awe declaró
a la prensa que "La empresa
despreció y destruyó completamente el edificio. ¿Por qué simplemente no se van
y excavan en otra parte sin significado cultural?" Pues por dinero,
Sr. Awe, por dinero, y por desprecio absoluto de la cultura y la historia.
¿Es
necesario justificar la presencia de esta entrada en el blog? Es claro que
estamos muy lejos de Madrid y supongo que la pirámide no estaba construida con
pedernal…, pero resulta muy estimulante poder “ver en directo” una historia muy
similar a la de la muralla de Madrid. Es como cuando algún antropólogo se
incorpora a una tribu primitiva para “ver en directo” el comportamiento del
hombre prehistórico.
La
lectura de la noticia me ha llevado, como en un “flashback” de esos que tanto se llevan, a los momentos en los que
la muralla madrileña fue derribándose y su pedernal fue utilizado para las
nuevas construcciones, a las decisiones tomadas al respecto por los Reyes
Católicos, por Carlos I y por otros gobernantes, recogidos en Avatares de la muralla, o en la Reutilización del pedernal.
Es evidente
que si en 1570 se hubiera dispuesto de una retroexcavadora como la utilizada en
Belice no habría hecho falta que 30 picapedreros hubieran trabajado en el
derribo del Arco de Santa María, durante un mes. Más gente al paro.
En
realidad, el suceso de Belice recuerda, en lo que se refiere al origen y el
destino de la piedra, a lo sucedido con el Castillo de Barajas (ver El castillo reciclado) aunque,
afortunadamente para nuestra sociedad e historia, la Duquesa de Osuna pidió los
correspondientes permisos al ayuntamiento para la reutilización del pedernal,
cosa que los bárbaros de Belice no han hecho, ni por asomo.
Hola Rafael,
ResponderEliminarVergonzosa e indignante la barbarie e incompetencia de los organismos que dicen velar por el patrimonio histórico. Hay cosas que no tienen arreglo y esta es una de tantas. Ya vamos estando curados de espanto ante tanta tropelía.
Un saludo.
Manuel: Lo que he tratado de poner de manifiesto es que una parte de la humanidad, regida sólo por los intereses económicos, realiza las mismas tropelías, tal como tu dices, cualquiera que sea el siglo o el meridiano. Si, además, tienen más medios... ¡Estos son capaces de arrasar la Pirámide de Keops en 15 días!
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