El edificio ha sido recientemente
rehabilitado por Estudio de Arquitectos Urbex, con gran cuidado y acierto,
creando una Comunidad de vecinos y alojando en sus bajos un par de
restaurantes, uno de ellos, ecológico.
Como es lógico y habitual en mí, he
tratado de averiguar algo sobre la historia del edificio, ya que no tengo
vinculación personal alguna con él y los escasos intentos realizados al
respecto me ha llenado de confusión y desconcierto.
Según el blog arquitectura de Miguel
de Guzmán, titulado: “imagensubliminal.com”, los arquitectos buscaron
referencias históricas y encontraron en el Archivo de Protocolos que el
edificio: “perteneció al Marques de la
Vera y Doña Manuela Antonia de la Ysequilla su mujer, fue de Juan de Pinedo
quién la privilegió sin carga el 18 de mayo de 1615.” Sin tener certeza
alguna, los arquitectos autores del proyecto consideran que esta casa debió
construirse al establecerse la Corte en Madrid, perteneciendo probablemente a
algún noble con posible función de relator en la corte. A continuación se
afirma que a lo largo de los años la casa ha sido, entre otros usos, convento,
casa del pueblo y, recientemente, academia de baile e imprenta.
Consultada la genealogía del
Marquesado de la Vera, resulta que la creó Felipe V en 1724 y no aparece el
nombre de Dª Manuela de la Ysequilla por parte alguna. En cualquier caso, la
cita precisa que en 1615 había pasado a ser propiedad de Juan de Pinedo.
En “La vida cotidiana de los regidores madrileños de la segunda mitad del
siglo XVI”, de Ana Guerrero Mayllo[1]
aparece una referencia a alguien llamado Juan de Pinedo que podría corresponder
a ese propietario. La autora dice que:
“Los
oficios acapararon, asimismo, elevadas sumas de dinero no sólo por el prestigio
social que conllevaban o por la capacidad política que deparaban a sus
titulares, sino incluso porque podían ser enajenados o arrendados, obteniendo así en el primer caso, unos
ingresos fijos y, en el segundo, una revalorización del capital invertido, dada
la cotización que alcanzan por la fuerte demanda existente en la época. … Esto explica que Juan Pinedo solicite de
Juan Fernández un préstamo de 837.500 maravedíes al interés habitual, para
comprar la regiduría de Gabriel Oviedo, a la sazón cuñado del edil Fernández…”
Parece aceptable que un personaje como
este Juan de Pinedo accediera a la propiedad del edificio, allá por 1615.
En el plano de Texeira aparece un
edificio no identificado, al lado de una torre que da a la plaza de Relatores.
El edificio está asignado a Don Juan de Alvear, que podría ser algo tan
importante como: Contador de Rentas Reales y Veedor y Contador de la Casa y
Sitio Real del Buen Retiro, empleo que parece justificar, como en el caso de
juan de Pinedo, la propiedad del edificio.
Hay otra referencia a la Casa-Palacio,
encontrada en página: http://www.estanciasconarte.com, según la cual: “La grandiosidad y el esplendor caracterizan la Casa-Palacio de la Vera,
que data de 1605, situada entre la calle Atocha y la Plaza de Tirso de Molina.
En sus comienzos, fue utilizado como convento conservando en su interior una
cúpula totalmente restaurada donde se situaba la capilla. En 1615 pasó a ser
residencia del Marqués de la Vera”. La finalidad comercial de esta página
la exime del rigor cronológico, ya que como ha quedado apuntado, el tal
marquesado no se creó hasta 1724.
En cualquier caso, es evidente que de
lo distintos dueños que haya podido tener el edificio el único que ha dejado
recuerdo es el del Marqués de la Vera y de que en algún momento, seguramente el
inicial, fue uno de los innumerables conventos con los que contó la Corte.
Y ahora hay que hablar del pedernal
presuntamente reciclado de la muralla. La reseña del blog de arquitectura antes
mencionado dice que: “En el exterior, al
picar el revoco del siglo XIX, apareció la fachada original del siglo XVI-XVII,
de ladrillo llagueado y pedernal”, cosa que seguramente seguirá sucediendo
al levantar otros tantos revocos construidos en siglos, esos, dejando al
descubiertos fachadas como la de esta Casa-Palacio-Convento, con ese zócalo y
esos cuarterones que tan familiares son en los conventos, iglesias y casas
recogidos en el blog.
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