lunes, 10 de diciembre de 2012

San Pedro el Viejo

Los historiadores no tienen noticia sobre su exacta fundación de San Pedro el Viejo, Iglesia en la que, por cierto, me casé. Se trata de una de las iglesias más antiguas de Madrid puesto que ya aparece citada en el Fuero de 1202. En un principio, estuvo ubicada cerca de la fuente de Puerta Cerrada, trasladándose a su emplazamiento actual de la calle del Nuncio en tiempos de Alfonso XI.

También existe alguna confusión con el nombre, ya que en muchas ocasiones se le denomina San Pedro el Real, nombre que le corresponde más propiamente a la Iglesia de La Paloma. 
La visión de su torre mudéjar, del siglo XV, desde la calle Príncipe de Anglona, me parece una de las imágenes relevantes de Madrid. Como no podía ser menos, torre tan antigua como ésta ha de tener su propia leyenda. En este caso, la leyenda habla de que la primera campana se colocó sola. Al parecer los operarios que la estaban subiendo no debían ser muy hábiles y se les quedó atascada a medio camino. Exhaustos y sudorosos, decidieron dejarla para otro día, pero héteme aquí que cuando volvieron a la mañana siguiente la campana se había colocado ella solita.

En este caso, el pedernal sólo es visible en el muro trasero que da a la calle de Segovia, lo que resta dignidad artística a su reutilización, pero no importancia, ya que, seguramente, juega un papel primordial para el soporte y mantenimiento del edificio.
El pedernal está aquí colocado en estrechas filas, prácticamente del espesor de un único bloque grande, limitadas por una verdugada simple del popular ladrillo.

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