El
Colegio de la Asunción, situado en la calle de Santa Isabel, es otro de los edificios vinculados a Antonio Pérez. Donde hoy está el Colegio, el eficaz secretario de
Felipe II se construyó, allá por 1570, una casa de campo (sin duda eran otros
madriles) que denominó La Casilla, no sé si iniciando o siguiendo la costumbre
de poner nombres a los chalés y casas de campo, que tantos e ingeniosos frutos
está dando en nuestros días.
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Tras el
problemilla laboral que se produjo entre jefe y secretario (ahora se hablaría
de mobbing), que obligó a éste a salir
por piernas convenientemente travestido, Felipe incorporó
los bienes del fugitivo al patrimonio de la corona, entre los que estaba La
Casilla. En 1595, el Rey consideró que el mejor destino de la casa y el solar
sería instalar allí un colegio, llamado Casa de Recogimiento de Santa Isabel,
en memoria de su hija la infanta Isabel Clara Eugenia. El encargo de la reforma
le cayó a Francisco de Mora, razón suficiente para justificar el estilo austria
que lo adorna.
El
Colegio se dedicó, inicialmente, a la educación de niños huérfanos, para
vincularse años más tarde a la orden de las agustinas, hasta que en 1859 se
hicieran cargo de él las reverendas Madres de la Asunción, quienes lo han
destinado a colegio gratuito para niñas pobres. Bien hecho…
En el caso de esta finca de campo reconvertida, el
pedernal está dispuesto, como es habitual, en largos cuarteles, ligado con un
cemento blanqueado y combinado con verdugadas de ladrillo con la llaga
recrecida.
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